Si alguno de ustedes no conoce la serie inglesa “Fawlty Towers” se la recomiendo para estas navidades, tendrá agujetas en la cara de tanto reír. La serie narra las peripecias de Basil Fawlty, propietario de un hotel familiar en un pueblo de la costa inglesa. En uno de los episodios llega al hotel un grupo de turistas alemanes. El pobre Basil, cómo buen inglés obsesionado por la Segunda Guerra Mundial, no sabe cómo interactuar con los teutones y se repite a sí mismo: “no menciones la guerra”. Por supuesto, cada vez que habla con los alemanes le traiciona el subconsciente y se le escapa una referencia a la guerra. Metedura de pata tras metedura de pata, la cosa, por supuesto, acaba fatal.
Algo parecido le debió de ocurrir ayer al patán de la Moncloa.
El patán de la Moncloa, cómo buen patán, es un cobarde, por lo que no se atreve a visitar Valencia de donde ya le echaron a golpe de fango. Además, el muy ruin, no soporta que la compañía de los Reyes ponga en evidencia el odio que le tiene la calle. Por todo ello, decidió el lunes no asistir al funeral por las víctimas de la DANA. En su representación envió a la Tía Pelos, que parecía recién rescatada de un lodazal.
Para disimular su cobardía, el patán organizó ayer una especie de aquelarre anti franquista, en honor a las víctimas de la dictadura. No es que el patán desprecie a la otra mitad de los muertos de la Guerra Civil, eso ya lo damos por supuesto. Es que el muy cobarde utiliza unas víctimas de hace más de medio siglo para tapar a los damnificados de la DANA de hace mes y medio. Unos damnificados fascistas que se atrevieron a increparle. Utiliza una vez más la cortina de humo del fascismo para tapar su cobardía y su cínica utilización de una catástrofe natural en beneficio propio político.
Pero, cómo a Basil Fawlty, le traicionó su subconsciente. “No menciones la DANA”, se repetía a sí mismo, mientras hablaba de “inundar las calles y las escuelas” con actos anti franquistas y mencionaba “el caudal” de la memoria histórica. ¡Menuda elección de vocabulario, el día del recuerdo de doscientas veinte víctimas de las inundaciones! ¿En qué estaría pensando el patán?
¿Un lapsus? Esperemos que sí. Pero de este patán podemos esperar cualquier cosa, incluso que utilice esas palabras conscientemente para mofarse de aquellos que se atrevieron a increparle, en el mismo momento en el que rezaban por sus muertos en la Catedral de Valencia.
Ni santo ni mártir
El aquelarre sanchista tuvo lugar en algún hemiciclo de Madrid lleno de norcoreanos aplaudiendo mecánicamente. Afortunadamente, Corea del Norte termina en las puertas de aquel hemiciclo. Fuera del local empieza España, un país libre poblado de seres pensantes en el que el patán de la Moncloa no se puede aventurar sin riesgo de recibir una bola de fango en toda su bocaza. Solo nos queda esperar que la comunidad de seres pensantes crezca con cada “lapsus” del patán y que la comunidad de norcoreanos vaya menguando hasta llegar al nivel de dignidad de su patán de líder.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga