El pasado martes los valencianos vivieron la tragedia natural más terrible de la historia de España. Una riada de horror, de muerte y de devastación tras la que llegaron la ruina, la podredumbre y posiblemente la peste han dejado a la población de Valencia en un estado de desesperación que difícilmente podemos llegar a imaginar los que no lo experimentamos directamente.
Pero no duden que a partir de mañana viviremos la segunda riada. Esta vez no será una tragedia natural sino una una riada de bajeza moral, de miseria humana y de cobardía solo al alcance de los políticos que hoy dirigen nuestro país.
Parece evidente que la respuesta del gobierno de la Generalidad Valenciana no ha estado a la altura de las circunstancias y ha cometido errores gravísimos de los que sin duda, llegado el momento, deberá rendir cuentas. Esos errores, sin embargo, son fruto de la inexperiencia y de la incompetencia. Quizás de la dejadez. Pero en ningún momento entran en juego ni la mala fe ni las maniobras políticas torticeras en los fallos del equipo de Mazón.
Lo del gobierno de Sánchez responde a una lógica muy distinta. Desde hace ya días van dando señales de lo que están tramando. Llevan meses tratando de encubrir los escándalos de corrupción que cercan a Sánchez. Por el momento no les ha funcionado ningún ardid. Hasta el martes. “Esta es la nuestra”, han pensado mientras la ola de lodo sepultaba a cientos de valencianos. ¿Qué mejor que una capa de lodo para ocultar su lodo?
La eminencia gris de Sánchez, Zapatero, demostró ser un genio a la hora de utilizar muertos y tragedias para llegar a sus fines. Sin lugar a duda habrá pensado que esta nueva remesa de víctimas le iba a favorecer a su pupilo. Igual que la muerte le favoreció a él. Está cómo pez en el agua.
Algunos pensarán que exagero o que soy injusto. ¿Cuál fue la prioridad del gobierno de Sánchez cuando todavía no había dejado de llover sobre Cheste? Asaltar RTVE nombrando a sus consejeros amigos. Lo primero. Antes que dedicarle el más mínimo pensamiento a Paiporta. ¿Qué dijo el Fiscal General del Estado antes de filtrar información confidencial sobre un ciudadano anónimo? “Hemos de ganarles el relato”.
Errejón desorejado
El relato, queridos lectores. Lo único que le importa a la banda de Sánchez es el relato. El relato que les permita seguir engañando a aquellos que quieren que se les siga engañando. Ese relato justifica cualquier ignominia. No se detienen ante nada para conseguir su relato.
Todo lo que ha hecho la banda de Sánchez desde el miércoles, todas sus decisiones, todas sus declaraciones, todas sus acciones apuntan en la misma dirección: hacerle la cama a Mazón y atacar al PP. Llevan desde el martes preparando su relato y mañana lunes a primera hora se abrirán las compuertas para soltar la segunda riada, la de las mentiras sanchistas. El relato sanchista.
Sin embargo, todos esos alquimistas de la Moncloa no contaban con lo que ha pasado este domingo a mediodía. Enviaron a Sánchez a visitar las zonas damnificadas y, previendo el recibimiento hostil de la población desastrada, le rodearon de escudos humanos: los Reyes y Mazón. De esa manera los insultos quedarían disueltos, difuminados. No le insultaban a Sánchez, dirían. Insultaban a todos, dirían.
Pero con lo que no contaban era con la cobardía de Sánchez. No contaban con que saldría corriendo cómo una rata, con la población pateando su coche. No contaban que los que se quedarían en pie, la mirada al frente, afrontando la realidad y escuchando a la gente iban a ser los supuestos escudos humanos.
Esa escena la ha visto toda España en directo. No hay relato que aguante esas imágenes. Intentarán atacar a Mazón, pero Mazón aguantó el chaparrón. Intentarán mostrar a Sánchez cómo un hombre de estado al mando de la situación, pero el que se mantuvo frente a la adversidad fue el Rey. Intentarán mostrar a la pareja Sánchez Gómez cómo los defensores del pueblo, pero la que lloró apoyada en los hombros de un valenciano fue la Reina. Intentarán mostrar a Sánchez cómo el salvador, pero Sánchez huyó.
Aquí el único relato que se sostiene es que Sánchez es una rata cobarde.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga