Aleluya. Hosanna. Alabado sea el Señor. Damos gracias a Dios. Él está bien.
No nos llegaba la camisa al cuello. Teníamos el corazón en un puño. Nos carcomía la angustia. Pero la zozobra ha desaparecido. Él está bien .
Es un clásico el pelmazo que, cuando le preguntas ¿qué tal?, te toma la palabra y te tiene diez minutos explicándote sus dificultades digestivas o lo bien que va su hijo en el colegio. Es aún peor aquel que te cuenta su estado de salud o de ánimo sin que le hayas preguntado nada.
Hace unos días, después de su huida de Paiporta, la rata cobarde de la Moncloa ofreció una conferencia de prensa. De repente, sin que nadie le preguntara nada, nos soltó un tranquilizador: “yo, estoy bien”. Cómo si a alguno nos importara su salud. Por supuesto ni una mención al Rey, a la Reina o a Mazón que, al contrario de él, sí se quedaron afrontando la ira de la gente para escuchar y tratar de consolar a los desastrados. No le cabe en la cabeza a este sujeto que el estado de su persona no ocupe el centro de todas nuestras preocupaciones. ¿Las miles de víctimas valencianas? ¿Los más de doscientos muertos? Sí vale, es una tragedia pero… Él está bien.
Los miles de desastrados y los cientos de muertos han sido víctimas de un fenómeno natural. ¿Triste? Sí. Pero son cosas que ocurren. ¿Los Reyes y Mazón se han jugado el pellejo? De acuerdo, pero para eso les pagan. En cambio Él ha sido agredido por el fascismo y eso sí que es grave. Eso no se puede permitir.
Por eso, una de las primeras medidas tomadas por el gobierno de la rata cobarde ha sido mandar a Valencia en helicóptero a un grupo de la Guardia Civil experto en delitos de odio, a detener a aquellos que han tenido la osadía de agredir a Sánchez. ¡La prioridad del gobierno es detener a cuatro pobres desgraciados que lo han perdido todo por faltarle el respeto a la rata cobarde!
La segunda riada
Desde hace seis años este tipo nos ha acostumbrado a todo tipo de mentiras, vilezas, trampas, jugarretas y corrupciones. Sin embargo el nivel de ignominia y de indignidad que ha demostrado desde la DANA ha sorprendido hasta a los más cínicos. Ah, y de cobardía. Pero eso no creo que le haya sorprendido a nadie.
Siempre me acuerdo de la anécdota de unos amigos de mi padre que iban todos los años a cazar a Mozambique. Un año el país fue devastado por unas inundaciones y pensaban que se les había fastidiado el safari. Hasta que recibieron un telex del cazador blanco que decía: “País devastado. Miles de muertos. Fortunosamente as bestas estao bem.” Y se fueron a cazar.
Valencia devastada. Miles de compatriotas arruinados. Cientos de muertos y desaparecidos. Unos de los motores económicos de España destruido. Fortunosamente, Él está bien.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga