Ayer se me fue la mano con el Cosme Palacios (muy recomendable caldo), mientras me entusiasmaba con la fantástica actuación de los golfistas europeos en la Ryder Cup, ante las mismísimas narices del Patán de Manhattan (a ver si dura). Cuando me fui a acostar mecido por los efluvios, miré algunas noticias en Internet y me topé con una foto del buque Furor que hemos enviado para escoltar a los modernos Odiseos perroflautas que llevan semanas divagando por el Mediterráneo, rumbo a Gaza. No sabía que se tardaba tanto en cruzar el Mare Nostrum. Debe ser que han hecho escala en Berbería para reaprovisionarse en Hachís. El caso es que yo también me puse a divagar entre emanaciones (las mías eran de tempranillo) y llegué a la conclusión de que todos están equivocados. Es lo que tiene el Rioja.
Mi primera conclusión fue que reconocer el estado de Palestina es el peor favor que se les puede hacer a los palestinos. Hubo dos momentos para crear un estado Palestino. El primero fue en 1947 con la resolución de la ONU. Israel aceptó, pero los palestinos, mal asesorados por sus primos árabes, dijeron que por aquí. El segundo, fue en 1993 con los acuerdos de Oslo. Aquí fueron las dos partes las que se encargaron de hacerle una peineta a la Paz. Hamás por su medio habitual de atentados suicidas. Los radicales israelíes asesinando a Yitzhak Rabin, artífice de los acuerdos. Ese barco hace tiempo que zarpó, igual que el chinchorro de Ada Colau.
¿Qué estado le quieren dar a los palestinos los países que ahora abogan por la solución de dos estados? ¿Lo han pensado siquiera antes de tomar esa decisión? ¿O quizás no sea más que un paripé para tranquilizar su conciencia?
Ese maravilloso estado palestino consiste en una franja de Gaza que no es más un montón de ruinas humeantes controlado por unos asesinos descerebrados y una Cisjordania carcomida por los asentamientos israelíes y por la corrupción, donde recorrer los pocos kilómetros que separan Ramallah de Hebrón equivale a una odisea (eso sí que es una odisea y no lo de Ada Colau) de varias horas entre controles israelíes y zonas de acceso prohibido. Un estado incapaz de controlar sus fronteras, su política exterior, su seguridad. Un estado incapaz de financiarse ni de ofrecer los más mínimos servicios públicos.
Lo que me dice Cosme Palacios es que los palestinos tienen dos salidas: los que puedan, que emigren a Argentina o a El Salvador donde el presidente es uno de los suyos. Y los que no se lo puedan permitir, que serán la mayoría, que renuncien a su estado, que reconozcan Israel, que entreguen Gaza Y Cisjordania a su invencible vecino y que se nacionalicen israelíes. Así se podrán beneficiar de todas las ventajas que ofrece un estado rico y moderno. Y quizás, dentro de unos años y apoyándose en su poderosa aliada, la demografía, lleguen a tener mucho poder dentro de Israel. Es lo que en finanzas se conoce como un “reverse takeover”. Es más, que se conviertan al judaísmo si es necesario, ¿O es que el Corán no recomienda la Taqiyyah? Parece mentira que un borracho les tenga que recordar las enseñanzas del Profeta.
Pero me temo que esta solución requiere demasiada inteligencia por parte de quién siempre ha privilegiado los cojones ante la materia gris.
La otra cosa que me dice Cosme Palacios es que es incomprensible que Israel se resista a darle a los palestinos un estado viable. Un estado que reconozca la existencia de Israel y que sea lo suficientemente rico como para ofrecer una vida decente a sus ciudadanos. De esa manera el nuevo estado estaría sujeto a las reglas de convivencia de las naciones y sería mucho más fácil de controlar porque siempre sería mucho más débil que Israel. Y quizás los palestinos se calmarían un poco porque tendrían algo que perder y mucho que ganar. ¿Qué Israel tendría que renunciar a sus asentamientos ilegales? Ya lo hizo en Gaza y en el Sinaí. Vamos que no solamente a Israel le conviene la existencia de un estado palestino, sino que su prioridad debería ser asegurar la prosperidad de dicho nuevo estado.
Una de las características del pueblo judío siempre ha sido utilizar la materia gris. Es curioso que no vean esto.
Que peligro tiene el Rioja que te hace ver el Mundo del Revés. Es malísimo. No se les ocurra probarlo.
¿Go Europe!
El Circo Continúa…